Ayer hablé con un amigo...

Tuve una conversación que pasó del texto a la viva voz. En una fecha especial tan especial como lo es su cumpleaños, yo pienso que es una fecha especial.

Me di cuenta de que asumo que es un día feliz, porque además es el mensaje principal que uso para hacerme presente con mis amigos, conocidos, familiares, es mi mensaje ¡Feliz cumpleaños! con la imagen de la persona en mi mente, sonriendo, recibiendo abrazos.

Sin embargo, este no fue el caso. Tuve una revelación importante y que me tocó el corazón, él ha estado lidiando con depresión, con los efectos de estrés post traumático, nunca me pasó por la cabeza algo así. Un hombre de éxitos, disciplina, firmeza, comprensión, fuerza, tenacidad, paciencia, de palabras sencillas, claridad...

Sé que ninguna experiencia es igual, así como no hay personas iguales. Recordé las veces que la depresión me visitó, es un lugar oscuro, pesado, solitario, que quien no lo vive, puede no comprender o tener una idea errónea de cómo es estar ahí.

Me sentí también agradecida porque hoy tengo una perspectiva diferente para aproximarme con personas que viven la experiencia de la depresión y que no es necesario hacer esfuerzo o luchar por sacarlos de ahí, sino que acompañar, validar y decir lo que me va pasando con su compartir es lo que puede hacer la diferencia. Sonará raro pero, la depresión está para algo, es el síntoma de algo más profundo, quizás es la manera de ponerse a salvo del dolor; de ninguna manera pretendo decir que es lo mejor, pero es una posibilidad para sostenerse en la vida.

Gracias amigo por compartir, por hacerme partícipe de lo que sucede y darme la oportunidad de ver más allá de mis suposiciones. Y que ahora que comparto esto con quien lo lea pueda darse el chance de considerar que detrás de cada sonrisa o silencio hay una historia que no siempre se ve. Quizás el regalo de tu cumpleaños, sin saberlo, me lo diste tú a mí, gracias.

Doy terapia Gestalt para adultos, info.